
Es un edificio grande pero sin mucho arte ni pretensiones. En cambio está rodeado de unos jardines realmente grandes, cuidados y hermosos. Los ingleses están muy orgullosos de sus jardines y los cuidan con mimo y esmero, como a sus perros.
Hay quien dice que lo hacen para abstraerse del mundanal ruido y poder disfrutar de su espíritu independiente.
Será quizás por eso por lo que a la entrada del palacio hay una foto de la Reina Isabel II en su jardin de Sandringham rodeada de sus 4 ó 5 perros...
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