30 septiembre 2006

HILLCREST, NUESTRO HOGAR

Hillcrest será, si Dios quiere, nuestro hogar los próximos tres años.
Nuestra nueva casa acaba de cumplir 98 años, es decir, se habitó por primera vez cuando acababa de morir la reina Victoria, quizás la reina más amada por los británicos.
Por ello es, según nos han dicho de estilo victoriano, aunque ortros dicen que es eduardiana, sea como fuere, es nuestro nuevo hogar y en él vivimos.
Su aspecto noble es atractivo y sugerente, sus amplias habitaciones la convierten en una casa con espacio suficiente en el que vivir y convivir.
Por las mañanas temprano, en el silencio casi nocturno de Oundle, pienso muchas veces la cantidad de historias que podría contarnos... ¿Cuántas historias de amor se habrán fraguado entre sus muros? ¿Cómo se vivieron aquí­ las dos guerras mundiales? Casi seguro que los miembros de la familia que moraba esta casa en 1915 ó 16 sufrió la muerte de algún ser querido en Verdún o el Somme.
¿Y cuantos niños se alojaron en esta casa durante la Batalla de Inglaterra para salvar sus vidas de los bombardeos alemanes?
Si hablara nos contaría, no lo dudo, pequeñas historias de grandes personas. No pierdo la esperanza de que encuentre una voz que la asista en este propósito.
¡Ah!, y también es tu casa, amigo lector, sólo tienes que acercarte por aquí.

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