Hoy, Dia de la Hispanidad, mi Patria se muestra más cercana que nunca por cuanto que estoy más separado de ella. Las viejas glorias imperiales se manifiestan de forma cotidiana en un idioma hablado y en una religión profesada por 700 millones de personas en el mundo. Luz en Trento. Azote del turco en Lepanto. Defensor de la verdadera religión allá donde no se ponía el sol. La obra de España será, de forma permanente, parte de la historia del Mundo.
Se puede pensar que se hizo mal, se puede ignorar y se puede manipular y mentir. Lo que jamás se podrá hacer es negar los resultados: Una América y una Europa cristiana gracias al celo de España en defender su Fe.
Es, en definitiva, el testimonio de los hombres que fueron capaces de quemar su Imperio por defender su Fe, frente a otros ejemplos más cercanos en el tiempo y en el espacio de aquellos que no dudaron, ni dudan, en quemar su Fe por salvaguardar su Imperio... El resultado, un profundo orgullo por la obra realizada por mis antepasados a quienes dedico este breve comentario adornado por una foto de la entrada del Imperial War Musseum de Londres, donde se cuidan las viejas glorias y se muestra los logros de un pais orgulloso de su pasado y que defendió la liberdad del Mundo contra nazis y comunisras durante más de 50 años.
No puedo evitar cierta sana envidia...
