01 octubre 2006

NATURALEZA EXUBERANTE


Dios ha dotado a las Islas Británicas de una naturaleza generosa y rica que permite a sus moradores hacer de la agricultura y de la jardinería dos de los más nobles artes.
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Merece la pena darse un paseo por un campo siempre verde donde resulta fácil cruzarse con faisanes, zorros o ciervos, donde los bosques más intrincados y salvajes parecen estar cuidados por el más primoroso de los jardineros... Quizás sea así­, y sea Dios quien cuida los campos de estas islas como premio al amor y cuidado que los británicos brindan a su tierra.